
De pequeños los espejos que hay a nuestro alrededor captan nuestra atención para que podamos verlos y lo que vemos son imágenes distorsionadas de nosotros mismos, según sea su humor, según el momento en el que esos espejos nos reflejan, según el sistema de creencias que están utilizando para justificar su percepción. Los seres humanos que nos rodean nos dicen lo que ellos creen que somos, pero no hay un espejo diáfano que refleje lo que realmente somos. Todos los espejos están completamente distorsionados, proyectan lo que creen en nosotros y casi todo lo que creen es mentira
0 comentarios on " "
Publicar un comentario